EDUCATION: QUE EMPIECE EL JUEGO

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sábado, 8 de febrero de 2014

PROFESORES DEL FUTURO: TAREA 1

ENTREVISTA A UNA PERSONA DE MÁS DE 70 AÑOS CONTANDO SU EXPERIENCIA EDUCATIVA EN PRIMARIA


-A ver abuela, tengo que hacerte unas preguntas para una actividad de la universidad. ¿Te atreves?

-Sí, pero que no sea difícil no vaya a ser que no sepa contestarlas.

-Si te parece, te las digo todas y las vas respondiendo según te vayas acordando: ¿Qué recuerdos te quedan de tu período en la etapa escolar de Primaria? ¿´Cómo aprendíais? ¿Qué materiales utilizabais? ¿Cómo enseñaban los maestros? ¿Qué les gustaba de la escuela y qué no? ¿Recuerdas algún método de aprendizaje?

-Yo nací en 1930, en un pueblo de la provincia de Ávila. Con tan sólo 4 años  y siendo la mayor de tres hermanos, nos trasladamos a Madrid en busca de nuevas oportunidades y con el fin de labrar un futuro mejor para todos.

Mi padre empezó a trabajar de panadero, y yo con 6 años fui por primera vez a un colegio que había al lado de mi casa, en la calle Villaamil; era de monjas.

Tengo imágenes borrosas entre lo que recuerdo y lo que he oído muchas veces a lo largo de mi vida, pero sí creo haber ido al colegio de monjas, y que dejé de ir cuando ellas fueron expulsadas de los colegios y conventos al inicio de  la Guerra Civil, cuando me dijeron que quemaban iglesias, pero la verdad es que yo no recuerdo haber visto iglesias incendiadas.

Cuando los bombardeos minaban Madrid, mis tres hermanos, mi madre y yo nos mudamos de la c/Villaamil a la zona de Manuel Becerra porque allí había refugios para protegernos cuando sonaban las alarmas. Mientras, mi padre estaba en el frente en Alcalá de Henares.

De esa etapa recuerdo ir a un colegio de clases mixtas con muchos niños y niñas juntos. Por aquel entonces, mi padre, cuando conseguía permiso, venía a vernos, y como la comida escaseaba y no tenía otra cosa que llevarnos, nos traía palolu (ramitas dulces sustituyentes a las chuches) que cogía de los árboles.

[…]

Terminada la Guerra, volvimos al cuarto a la calle Villaamil (así llamaban antes a los pisos), y volví al colegio de monjas del que me fui: las Salesianas de Estrecho.

Ya al final de la Guerra y con 9 años, recuerdo perfectamente que era sólo de niñas; de hecho, mi hermano iba a los Salesianos de la calle Francos Rodríguez también muy próximo a su casa, que era  sólo de chicos.

Estuve en ese colegio hasta los 14 años que empecé a trabajar ayudando a una modista cobrando 2 pesetas a la semana, siempre y cuando cosiera bien, porque si a la jefa le parecía mal lo que hacía, esa semana no cobraba.

De mi hermana la pequeña me acuerdo que iba a otro colegio diferente al mío, pero no sé por qué.

En el colegio las clases se diferenciaban por edades y tenían un sólo libro: la "Enciclopedia", con todas las materias juntas. El libro algunas veces lo llevábamos a casa  pero principalmente era como una pizarra pequeña tamaño de un folio de ahora, y pizarrines (tizas en forma de lápiz), con lo que trabajábamos en casa.

Recuerdo los cuadernos de dos rayas para la escritura y de cuadros para hacer cuentas, sumas, restas divisiones quebrados y fracciones. Mi madre nos ponía muestras y hacía deberes. Mi padre, como ya te he dicho, era panadero, trabajaba de noche; de día descargaba maletas en las estaciones y dormía por lo que poco podía ayudarnos con los deberes.

Con respecto a las materias que estudiaba, dábamos Ortografía, Matemáticas, algo de Historia, Costura, mucha Religión (nos obligaban a ir a misa), Gimnasia y Geografía. Me acuerdo de las provincias y regiones de España con Castilla la Nueva y Castilla la Vieja, y los ríos de España cantando: " El Miño nace en Fuente Miña provincia de Lugo pasa por Lugo, Orense y Pontevedra..." "El Duero nace en Reinosa provincia de Santander ..."   ¡todavía me acuerdo eh!  Y estas canciones las uníamos con la tabla  de multiplicar que también te la sé cantar.

Es curioso, pero tu madre, que tiene 51 años, también cantaba conmigo los ríos, los cabos y los golfos de España. La tabla de multiplicar también, y eso que la estudió en  EGB,  las dos Castillas.

Me acuerdo también que en el  recreo las monjas vendían y cambiaban cuentos de Popeye y Mickey  y junto a la Enciclopedia y el Catecismo era lo que leíamos.

Yo creo que debía ser mala estudiante porque las monjas me castigaban de rodillas a leer y me pegaban con una regla, aunque no sé si era a modo de castigo o por costumbre, ¡qué sinvergüenzas!

Al colegio había que ir sí o sí, porque los domingos por la tarde  también iban al colegio pero en lugar de dar clases tenían  "Oratorio", donde rezábamos, jugábamos en el patio y nos daban puntos por asistencia que en Reyes podíamos cambiar  por regalos; yo siempre cogía telas con las que mi madre cosía vestidos.

A los 14 años como he comentado antes dejé el colegio, pero algunos niños lo abandonaban siendo más pequeños porque eran los años de la posguerra y el hambre. Muchos niños de su barrio no pudieron volver al colegio después de la guerra, dado  que tenían que ir  a la "busca" (recorrer la ciudad y periferia buscando comida, ropa o trastos para comer o vender), y vieron interrumpida su formación, algunos apenas sabían leer y escribir.

Mi madre estuvo tres años enferma, no había medicinas ni dinero para comprarlas por eso eran tan importantes las 2 pesetas que yo ganaba. El final fue trágico: murió con 40 años cuando yo tenía 18, a los pocos meses se empezó a distribuir la Penicilina que hubiera sido su salvación.

Ahora tengo 83 años y me gusta mucho escribir, aunque nadie entiende mi letra, ¿a qué no? Escribo aparte de mal, muy deprisa porque no quiero que se me olvide lo que pienso en el momento que lo escribo. Leo el 20 Minutos que me trae tu madre casi todos los días y como oigo regular, bueno, que no oigo nada, pues pongo subtítulos en la tele y así me entero de las noticias. Sigo haciendo cuentas y multiplicando para saber cuántas pesetas son los tres euros que me cuesta un kilo de tomates.


                              


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